viernes, 19 de junio de 2015

Los cinco despidos más tontos por Twitter; #Nosóloarruinaapolíticos


"¿Se os ha ido alguna vez el tono en Twitter? A Guillermo Zapata le ha costado esta semana su puesto como concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid y no ha sido el único político que ha estado a punto de arruinar su carrera por su incontinencia tuitera. Pero, ojo, que no sólo a políticos arruina Twitter. Aquí va una selección con cinco de los despidos más sonados por culpa de ¿inocentes? comentarios que hacemos en esta red social.


1. El comentario racista de Sacco


Justine Sacco era una persona anónima con apenas 170 seguidores en Twitter... hasta que en diciembre de 2013 decidió irse a África de vacaciones y fastidió su vida en un momento con un comentario racista antes de embarcar en su vuelo. Tenía un trabajo estable y bien pagado como directora de Comunicación en InterActiveCorp, responsable de portales como Meetic, Vimeo o Match.com, entre otros, hasta que se bajó del avión. Sacco escribió en su perfil: "Me voy a África. Espero no pillar el sida. Es broma, ¡soy blanca!". Cuando encendió su teléfono al aterrizar, su mensaje había dado ya la vuelta al mundo, provocando un gran rechazo social y grandes críticas, incluso a su empresa. InteractiveCorp la despidió de inmediato.

2. El camarero listillo que habló de más


John-Barrett Ingles trabajaba como camarero en el restaurante Barney Greengras de Beverly Hills en 2009 hasta que una famosa se cruzó en su vida. La actriz Jane Adams entró a cenar en el local. Se había dejado la cartera y no pudo pagar los 13,44 dólares de la factura. Pidió disculpas y al día siguiente se pasó su representante a abonar lo debido. Pero a Ingles no le pareció suficiente y tuiteó: " "Jane Adams, estrella de la serie Hung de la HBO se ha ido sin pagar 13,44 dólares. Su representante llamó y pagó al día siguiente. ¡No dejó propina!". Dos semanas después de su tuit, Adams en persona fue al Barney Greengras y dejó una propina de tres dólares. También habló con el encargado, que acabó despidiendo al camarero indiscreto.

3. La periodista italiana que llamó imbécil a Alonso

Paola Saluzzi le salió caro desahogarse vía tuit. Cuando el piloto español Fernando Alonso aseguró que no se arrepentía de haber abandonado la escudería Ferrari, Saluzzi, que trabajaba para Sky arremetió contra él a través de la red social y le llamó #arrogante, #envidioso y #pedazodeimbécil. La dirección de la cadena consideró que la italiana había sobrepasado los límites de la opinión en Twitter y la suspendió tras la polémica.

4. Antes de empezar... despedida


Su carrera empezó mal... bueno, no llegó ni a empezar. Una adolescente de Texas encontró un trabajo en una pizzería para el verano. El día antes de incorporarse, hizo una mención despectiva en Twitter con tan mala suerte que el que iba a ser su jefe lo leyó. @Cellla, que así se llama en Twitter, escribió: "Empiezo en este jodido trabajo mañana". "No empiezas este jodido trabajo mañana, está despedida. Buena suerte en tu vida sin trabajo y sin dinero", le contestó su jefe por la misma vía.

5. Funcionario de la Casa Blanca crítico con Obama


Jofi Joseph formaba parte del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca pero en Twitter tenía un seudónimo, @NatsecWonk, con el que criticaba con dureza las políticas de la Administración de Barack Obama. Llegó a expresar dudas sobre la versión del Gobierno tras los atentados del 11-S y se abrió una investigación interna para tratar de identificarle. Por supuesto, lo descubrieron y Joseph perdió su empleo en 2013."

Tened en cuenta el poder que la comunicación tiene, y las consecuencias que pueden afectarnos a nuestra vida, en un momento puntual, o al resto de nuestra vida sin que podamos levantar cabeza, pues siempre nos lo van a recordar.
Y que cuando años después vayamos a a algún lugar, como ocurre ahora con algunos de los Concejales de Madrid, nos recuerden lo que dijimos.  Y seguirá afectándonos el error de comunicación que un día cometimos.



viernes, 12 de junio de 2015

Steve Jobs en la Universidad de Standford





El reconocido fundador de Apple, Steve Jobs, fue dado en adopción a una familia con pocos recursos económicos. Comenzó una carrera en la Universidad de Reed, la abandonó, y continúo su camino, en busca de aquello que quería hacer con su vida. "No tenía ni idea de qué quería hacer y, menos aún, de cómo la universidad me iba a ayudar a averiguarlo" aseguró en su ya famoso discurso en la Universidad de Standford

viernes, 22 de mayo de 2015

Eso es un equipo

Discurso de Al Pacino en la película “un domingo cualquiera”.
                “Vais a ver a un tío que se sacrificará por este equipo.
Porque sabe que cuando llegue la ocasión,
vosotros haréis lo mismo por él.
Eso es un equipo caballeros.”


                Al Pacino “Un domingo cualquiera”


“No sé qué decir en realidad.
Tres minutos para la mayor batalla de nuestras vidas profesionales.
Todo se reduce a hoy.
O jugamos como equipo, o nos desmoronamos.
Jugada a jugada, pulgada a pulgada, hasta el final.
Ahora estamos en el infierno, caballeros.
Creedme, y, o nos quedamos aquí, dejándonos machacar,
o luchamos por volver a la luz.
Podemos salir del infierno,
pulgada a pulgada.
Yo no puedo hacerlo por vosotros, soy muy viejo.
Miro alrededor y veo esas jóvenes caras y pienso, pienso,
he cometido todos los errores que un hombre de mediana edad puede cometer.
He, he despilfarrado todo mi dinero, podéis creerlo.
He echado de mi vida a todo el que me ha amado.
Y últimamente, ni siquiera soporto la cara que veo en el espejo.
Mirad, cuando te haces mayor, en la vida hay cosas que se van,
vamos, eso es parte de la vida.
Pero solo aprecias eso, cuando empiezas a perder esas cosas.
Descubres que la vida, es cuestión de pulgadas.
Así es el fútbol.
Porque en cada juego, la vida o el fútbol, el margen de error es muy pequeño.
Medio segundo más lento o más rápido, y no llegas a pasarla.
Medio segundo más lento o más rápido, y no llegas a cogerla.
Las pulgadas que necesitamos están a nuestro alrededor.
Están en cada momento del juego, en cada minuto, en cada segundo.
En este equipo luchamos por ese terreno.
En este equipo nos dejamos el pellejo nosotros y cada uno de los demás,
por esa pulgada que se gana.
Porque cuando sumamos una tras otra,
porque sabemos que si sumamos esas pulgadas,
eso es lo que va a marcar la puta diferencia entre ganar o perder.
Entre vivir o morir.
Os diré una cosa, en cada lucha aquél que va a muerte,
es el que gana ese terreno.
Y sé que si queda vida en mí,
es porque aún quiero luchar y morir por esa pulgada.
Porque vivir consiste en eso.
Las seis pulgadas frente a vuestras caras.
Yo no puedo convenceros que lo hagáis,
pero tenéis que mirar al que tenéis a vuestro lado,
mirarle a los ojos.
Creo que vais a ver a un tío dispuesto a ganarla con vosotros.
Vais a ver a un tío que se sacrificará por este equipo.
Porque sabe que cuando llegue la ocasión,
vosotros haréis lo mismo por él.
Eso es un equipo caballeros.
Y, o nos curamos ahora como equipo,
o moriremos como individuos.
Eso es el fútbol chicos.
Eso es todo lo que es.
Ahora, ¿qué vais a hacer?”

martes, 17 de febrero de 2015

Por qué emocionó Antonio Banderas

No es lo habitual, de hecho es la primera vez que lo hago, traer a mi blog la publicación de otra persona. Pero creo que la ocasión y la persona lo requieren. Luis Arroyo es una persona muy importante dentro de la Comunicación Política, y al cual suelo leer.

Recientemente publicó en InfoLibre este artículo, y posteriormente lo publico en su blog.  Espero que lo disfrutéis.

"Desde hace unos 2.500 años sabemos que un discurso –personal, social, político– no seduce al público por el detalle de las soluciones técnicas que proporciona, sino por los fundamentos morales que suscita; por sus moralejas. No por los hechos que describe, sino por las metáforas evocadas por esos mismos hechos. No por los personajes que aparecen, sino por los arquetipos por ellos representados.
En el momento central de la Gala de los Goya del pasado sábado,Antonio Banderas, para agradecer su premio honorífico, sacó del bolsillo de la chaqueta un papel, se puso las gafas de ver de cerca, y leyó con la pericia del actor que es (los buenos discursos son casi siempre leídos), un texto repleto de metáforas y personajes, de arquetipos y moralejas. Como suelen hacer los grandes, el actor no necesitó apelar a sus éxitos, sino lo contrario: la grandeza casa bien con la humildad.
Se definió a sí mismo como un simple “chavea de Málaga”, que recordaba la imagen cada vez más empequeñecida de su padre y de su madre despidiéndole en un andén de Málaga al emprender su viaje a Madrid. “No era la mente sino el corazón lo que me guiaba en aquel tren”, contaba, para luego alabar la resolución, la constancia y el trabajo duro: “Nunca volvería a Málaga con las manos vacías”, afirmó.
Y por si aún no le creíamos, nos pidió un definitivo acto de fe, con un tono que en un mismo párrafo combinaba sus vivencias como celebridad mundial, con el respeto encantadoramente paleto por la raíz más local. “Tienen ustedes que creerme cuando les digo que cada vez que terminaba un plano, una secuencia, una película, mi mente estaba puesta en España. No en Arizona, no en Cleveland, no en Ohio… En España, en Málaga, en mi barrio”.
Hay que ser un actor como Banderas, y de su edad, para que la argucia tenga efecto, por supuesto: para que tus vivencias personales emocionen a millones. Pero el orador supo bien cómo hacerlo. “Si miro hacia atrás, me veo viejo. Pero si echo la vista hacia adelante, me siento joven”. Una antítesis sencilla que arrancó el primer aplauso del discurso. Hace falta ser una estrella de Hollywood como él para que suene convincente el agradecimiento por “la suerte, el honor y el privilegio” (hubo varias triadas como ésta en el texto) de haber compartido pantalla “en el plató que llamamos vida”.
Pero acaso esa referencia a los actores y directores mundiales que le acompañaron hacía más vívida y creíble la referencia inmediata a las “personas que nunca serán nominadas”, como “los carpinteros, los conductores, los pintores y los electricistas” con los que el actor compartió “esas vidas en miniatura que llamamos rodajes” (segundo aplauso).
Para subir la cuesta de la montaña rusa que un buen discurso debe ser, Banderas se refirió a Goya y a Picasso, y a quienes como Tárrega, Falla o Albéniz supieron “encajar España en una partitura”. También a Lorca, Machado, Unamuno o Cervantes, que “tatuaron nuestras miserias y nuestras grandezas sobre papel”. Habiendo subido tan alto, la bajada a la referencia más prosaica –su propia hija– resultó aún más emocionante. Fue cuando, para terminar, dedicó el premio a “su mejor producción”, “a quien ha sufrido más mi pasión por el cine, mis ausencias prolongadas, mis compromisos profesionales”. La despedida marcó a fuego la importancia de lo que nos había contado: “Empieza la segunda parte del partido de mi vida”.
Y el auditorio se puso en pie para regalar el mayor aplauso de la noche. Banderas había logrado eso tan difícil en un discurso: envolver al público con las palabras y guiarlo con ellas."

jueves, 5 de febrero de 2015

Cuando hables, emociona

“Los seres humanos se movilizan cuando alguien moviliza sus emociones.”
Robin S. Sharma (escritor y experto en Liderazgo y Desarrollo Personal; 1965-actual)
¿Que son las emociones? y ¿qué significan para el ser humano? Para mí son como el alimento de mi alma.  Aquello que me hace sentirme vivo, me ayuda a comprenderme a mí mismo  y a los demás (o no), me hace llorar y reír (a veces al mismo tiempo), me hace disfrutar o sufrir, pero sobre todo me hace estremecer por dentro y me mueve a hacer algo. 
A veces este movimiento es interior, me lleva a mejorar como persona o a conseguir algún reto.  Pero otras veces es exterior y condiciona mi comportamiento, mi respuesta hacia una situación o hacia una persona determinada.
¿Entonces, las emociones hacen que tome posición ante algo? Claro que sí.  Imagínate que un amigo tuyo te cuenta que otra persona le ha hecho alguna trastada, inmediatamente te pones a su lado y en contra de esa otra persona.  Te enfadas con ella, como si tu hubieses sido el objetivo.
Imagínate esta vez, que te dicen que un amigo íntimo tuyo acaba de fallecer repentinamente. El dolor inmediatamente te embargará, tus ojos se humedecerán y romperás a llorar desconsoladamente.
Estos dos ejemplos se han producido solo por la palabra, ya que no has sido testigo directo de ellos. Sin embargo, solo el relato de unos hechos ha producido en ti tales reacciones.
En nuestra comunicación, debemos incluir siempre una nota humana de emoción, que haga sentir algo a nuestro público. Que ría, que llore, que se enfade, que le haga pensar, cualquier historia o relato de hechos nos servirá.  A veces tendrás que contar un cuento, y a veces bastará con la cruda realidad.  Pero debes estremecer el alma de tu oyente.
Os voy a poner un ejemplo: los anuncios de la Lotería de Navidad del año pasado (2014) y del anterior (2013).


En el primero, el de 2013, se toman los tópicos habituales de la Navidad: el árbol, la nieve, etc., y se buscaron cantantes de primer nivel, con una canción creada para esta ocasión.
Se podría decir que era perfecta.  Sin embargo, lejos de emocionarnos, a todos nos quedó en la memoria el “na, na, na, na, na, na, na, na” final que interpreta Rafael, y del que en muchas televisiones se hizo mofa.

No era un anuncio malo, y viéndolo con perspectiva, yo diría que incluso era muy bueno. Pero le faltaba el toque humano, y sobre todo emoción.


Sin embargo, en esta Navidad pasada, se contó una historia que nos quería emocionar y que fue interpretada por actores anónimos.  Era la de una persona que, aunque habitualmente jugaba con sus amigos del bar un décimo de lotería de Navidad, en esta ocasión no lo había reservado, quizá dando a entender que no podía por pasar una situación económica difícil o que simplemente se ha olvidado de reservarlo.
Su esposa le obliga a bajar al bar a felicitar a sus amigos, pues precisamente en esta ocasión les había tocado el primer premio. En realidad, el no quería, no porque no se alegrase por ellos, sino porque no lo había comprado.  Y forzado baja al bar a tomarse un café.
Al llegar ve cómo los demás están celebrándolo con champán.  Al ir a pagar el café el camarero le pide 21 euros.  Se extraña, pues sabe perfectamente que el café vale 1 euro, y le pregunta ¿21 euros?  El camarero le dice que 1 euro es por el café, y 20 euros de esto, y le entrega un sobre con su nombre, en el que entendemos está su décimo.  El camarero y amigo se lo había guardado como siempre.
En este caso, los tópicos quedan a un lado, dando más importancia a los valores humanos, como la amistad, el cariño, el honor, la lealtad.
He de reconocer que me emociono cada vez que lo veo y se me escapan algunas lágrimas. 
No os olvidéis que cuando hablemos, debemos introducir la emoción en nuestro discurso. Esa emoción debe ir en el contenido, pero también la debemos hacer visible con nuestra interpretación del mismo.  Deben visualizarla nuestros oyentes.
Hemos de agitar a nuestro público, como haríamos con un sonajero ante un niño de cuna. Movamos la emoción hasta que suene, y arranquemos una sonrisa o una lagrima.

domingo, 11 de enero de 2015

Si te equivocas, pide perdón.

“De hombres es equivocarse; de locos persistir en el error.”
Marco Tulio Cicerón (jurista, político, filósofo, escritor y orador romano; 106 a.C.-43 a.C.)
A todos nos ha ocurrido alguna vez, el meter la pata.  Es normal, como humanos nos equivocamos, pero nuestra reacción ante ese error es lo que va a dar la medida de nuestra grandeza, o como decía Marco Tulio Cicerón, de nuestra locura.
Podremos intentar ocultar el error, o incluso engañar o desviar la atención hacia otras cuestiones u otras personas.  Hasta podremos echar la culpa a otros de nuestra equivocación.  Quien no ha tenido que soportar en sus carnes el error cometido por su jefe, unas veces siendo consciente de ello y muchas otras sin que lleguemos a enterarnos.
Pero lo que no es normal, y de ahí su importancia, es que demos un paso al frente y asumamos nuestro error.  Y más raro todavía es que lo hagamos con tanta elegancia y con tanta gracia como lo ha hecho Canal Sur en estas navidades.


En esta ocasión os voy a hablar de las “no campanadas” de Canal Sur.
En las Navidades de este pasado año 2014, como en todas las anteriores, todas las cadenas de televisión españolas peleaban por ganar televidentes a la hora de dar las campanadas.  Es el momento del año en que los anunciantes pugnan por ser el último anuncio del año o el primero del siguiente año.  De hecho son los anuncios más caros.
Por otra parte, todos los españoles nos ponemos delante de la televisión con nuestras uvas, para comernos acompasadamente una uva al son de cada campanada.  Pensando quizás, que esta tradición nos va a ayudar a entrar en el nuevo año con mejor paso, y esperando a la doceava campanada para besar y abrazar a quien nos acompaña, deseándole un feliz año nuevo.  Muchas expectativas puestas en estos doce toques de campana.
En esta ocasión Canal Sur se equivocó y cortó en hasta en dos ocasiones las campanadas.  En la primera ocasión solo dio la segunda y le tercera campanadas, reanudándolo en la novena y así finalizando las campanadas.  Los presentadores ni se enteraron de lo ocurrido.
Fue el hazmerreír de todas las televisiones, que lo repitieron sin cesar.  Las redes sociales también ayudaron en la difusión, siendo Twitter el más sensible a este fiasco.  Y también en YouTube fue difundido en diferentes videos, aportando también los propios andaluces (con mucha gracia por cierto) sus propios vídeos que reflejan su reacción ante tal situación.




Lo sorprendente como os comentaba fue la reacción de Canal Sur, que con una impecable puesta en escena y riéndose de ellos mismos, colocó a dos directivos de la cadena para pedir perdón por escandaloso error y por su repercusión en los andaluces.
El director comercial y de nuevos proyectos Manuel Jesús Casal (en la parte izquierda del video) y el presentador y director de “Andalucía directo” Modesto Barragán, que se colocan ante la cámara como carboneros, encargados de recoger y preparar el carbón, que en módulos de 20 kg. y de parte del medio millón de televidentes, les han pedido a los Reyes Magos para que les traigan el día de Reyes.

Además del tono de humor, la cadena aceptó la dimisión del director de emisiones, José Luis Pereñiguez.

La forma que tuvieron de arreglarlo fue la siguiente:
1º.- Reconocer su error y que lo habían hecho mal.
2º.- Pedir perdón a todos los andaluces y sobre todo a los ciudadanos de Almería.
3º.- Recordar que en 26 años es la primera vez que se equivocaron.
4º.- Ofrecer un regalo, que será una gran sorpresa que tendrá lugar para el 28 de febrero. Lo hacen en un sobre rojo, haciendo alusión al anuncio de Navidad sobre la Lotería de Navidad, que es un impactante mensaje de comunicación emocional, del cual hablaré en mi próximo post.
5º.- Aprovechar para ofrecer la próxima retransmisión (Cabalgata de Reyes), y reconocer implícitamente que no volverá a ocurrir.
6º.- Refuerzan la comunicación emocional con sus televidentes a través de las últimas palabras escritas.
Creo que es una obra de arte, y que se debería enseñar en todas las escuelas de comunicación de todas las Universidades.
Si os ocurre otra vez, pensad en esta posibilidad, la de reconocer nuestro error, pedir disculpas y hacerlo (si es posible) riéndonos de nosotros mismos, recordando nuestra profesionalidad acreditada, pero dejando claro que no volverá a ocurrir.